Seguimos avanzando

Se ha cumplido un año desde que arrancara esta XII Legislatura y aunque han sido meses complicados, algunos más que otros, el balance es positivo. Comparto al cien por cien lo dicho por Mariano Rajoy que ha calificado de “razonable” este año de gobierno. Es más, yo me atrevería a ir un paso más allá y diría, sin complejos, que ha sido un año bueno para España, en el que nuestro Gobierno ha hecho todo lo posible para que el país siga avanzado y recupere, en todos los sectores, los niveles de crecimiento previos a la crisis. Los datos avalan mi afirmación: hemos crecido por encima del 3%, muy por encima de la media europea y de las grandes economías como Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. Hemos recuperado el total del PIB perdido durante la crisis; las exportaciones están en máximos históricos y batimos récords de turistas. Detrás de estos datos objetivos no hay magia; está el buen hacer del Gobierno, marcando el rumbo correcto, y el esfuerzo de todos los españoles. Los últimos datos de empleo son también alentadores, en este último año los puestos de trabajo han aumentado en 637.000 personas. Nuestra meta es conseguir 20 millones de empleados en 2020 y para eso seguimos esforzándonos. No descansaremos hasta conseguir que todas las personas puedan tener un empleo que les permita vivir con dignidad. Ahora, con los datos en la mano, cobra más sentido la frase que nuestro Presidente lleva repitiendo desde que llegó al Gobierno: crear empleo es la mejor política social. El esfuerzo de todos no ha sido en vano, está dando sus frutos; ya nadie puede poner en duda que se han conseguido sentar unas bases sólidas para nuestra economía y esto significa garantizar el futuro de todos. También quiero referirme a uno de los momentos más difíciles de esta Legislatura: el desafío independentista. La aplicación del 155 demostró la importancia del Senado, que muchos ponían en duda, y demostró también que tenemos un Gobierno que ha sabido defender la unidad nacional y restablecer el orden Constitucional. Ahora, con un proceso electoral transparente y democrático por delante, se abre en Cataluña un nuevo tiempo en el que cerrar las heridas abiertas y recuperar la convivencia social y política.